FEMADEN se suma a la denuncia por el uso fraudulento de tarjetas de aparcamiento para personas con movilidad reducida

Desde la Federación Madrileña de Enfermedades Neurológicas (FEMADEN) manifestamos nuestra indignación ante los recientes casos de uso fraudulento de tarjetas de estacionamiento reservadas para personas con movilidad reducida (PMR). En esta ocasión, el caso implica a una responsable del Ayuntamiento de Madrid, y ha motivado un firme posicionamiento por parte de CERMI Madrid, del que formamos parte.

Según han recogido distintos medios, la actual subdirectora general de Agentes de Movilidad habría utilizado la tarjeta de PMR de su madre, fallecida un año antes, para estacionar indebidamente en zona regulada. Este hecho, ya sancionado en 2018, no ha impedido que desde entonces haya continuado en un puesto que implica la supervisión del correcto uso de estas tarjetas, una situación que CERMI Madrid califica de “inaceptable” y que debería conllevar consecuencias.

Desde FEMADEN nos sumamos a la exigencia de asumir responsabilidades, especialmente cuando se trata de cargos públicos encargados de velar por la legalidad y la accesibilidad urbana. No se puede permitir que quienes deben garantizar el cumplimiento de la normativa la incumplan de forma tan grave, atentando contra los derechos de las personas con discapacidad.

ASPAYM Madrid, una de nuestras entidades federadas, también ha expresado su profundo rechazo ante este tipo de fraudes, que lamentablemente no son aislados. Tal como denuncia su presidenta, Carolina López, estos comportamientos “egoístas y poco empáticos” suponen una barrera más para la autonomía y la vida cotidiana de quienes verdaderamente necesitan estas plazas para desplazarse con dignidad.

 

Además, desde nuestra federación reiteramos el llamado, ya expresado por CERMI en el Congreso, para que el uso fraudulento de tarjetas PMR se penalice con mayor contundencia, incluyendo la pérdida de puntos del carnet de conducir y el endurecimiento de las sanciones económicas.

 

Como recuerda Mario Moñino, miembro de la junta directiva de ASPAYM Madrid, el mal uso de estas tarjetas no es un acto menor, sino una agresión directa a la igualdad de oportunidades y a la accesibilidad. Por ello, es urgente establecer medidas más eficaces: control digital del uso de las tarjetas, desactivación automática tras el fallecimiento de la persona titular, campañas de sensibilización dirigidas tanto a la ciudadanía como a los entornos familiares, y un refuerzo del sistema sancionador.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *