Identifican una proteína clave para proteger las neuronas en la enfermedad de Huntington
Un nuevo estudio desarrollado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Autónoma de Madrid ha sacado a la luz una posible vía terapéutica para tratar la enfermedad de Huntington, una patología neurológica hereditaria que provoca la muerte progresiva de neuronas y cuya evolución, hasta ahora, no se puede detener.
El hallazgo gira en torno a la proteína PKD1, una molécula que desempeña funciones de protección frente al estrés celular en el cerebro. El equipo investigador descubrió que esta proteína se encuentra significativamente reducida en las neuronas de la región del estriado, una zona cerebral especialmente afectada en las primeras fases de la enfermedad. Esta pérdida debilita la capacidad de las neuronas para defenderse ante condiciones adversas como el estrés oxidativo y la excitotoxicidad, dos fenómenos implicados en la muerte neuronal.
Lo innovador del estudio es que los científicos lograron activar de forma selectiva la proteína PKD1 mediante una herramienta molecular en neuronas cultivadas y en modelos de ratón con Huntington. Como resultado, las neuronas mostraron una mayor resistencia al daño y conservaron durante más tiempo las características propias de células sanas, lo que sugiere un efecto neuroprotector claro. El enfoque se basa en potenciar las propias defensas de las neuronas para frenar el deterioro progresivo.
Además, el estudio mostró que el comportamiento de PKD1 no es uniforme en todas las células del cerebro: mientras disminuye en las neuronas del estriado, su expresión aumenta en los astrocitos, un tipo de célula de soporte. Esta diferencia plantea nuevas preguntas sobre la regulación de esta proteína y su papel en distintos tipos celulares, lo que podría ayudar a diseñar terapias más específicas.
La investigación, publicada en la revista Cell Death & Disease, ha sido liderada por Teresa Iglesias del Instituto de Investigaciones Biomédicas Sols-Morreale (IIBM-CSIC-UAM), en colaboración con el equipo de José J. Lucas, y con el apoyo de los grupos de Eva Porlan y Miguel R. Campanero del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM-CSIC-UAM). También ha participado Álvaro Sebastián, actualmente investigador en la Universidad Complutense de Madrid.
Aunque aún en fase experimental, los resultados abren la puerta a nuevas estrategias terapéuticas, como el uso de terapia génica o compuestos que imiten la función de PKD1, con el objetivo de ralentizar la progresión de la enfermedad. El descubrimiento no solo tiene implicaciones para la enfermedad de Huntington, sino también para otras patologías neurológicas donde la muerte neuronal es un factor clave.
Este trabajo se enmarca dentro del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER), en sus áreas de Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED) y Cardiovasculares (CIBERCV), y pone en valor la colaboración entre grupos de investigación básica y aplicada en la lucha contra enfermedades raras y complejas.