A medida que la pandemia sigue presente en nuestras vidas, los expertos hablan, cada vez con más énfasis, de la pandemia de la salud mental que generará el confinamiento y ésta, la crisis de salud pública ya deteriorada per se.

Los efectos psicológicos, sociales y neurocientíficos del Covid-19 están siendo explorados en las diferentes partes del mundo.

Recientemente, The Lancet ha publicado un análisis, realizado por la Academia de Ciencias Médicas del Reino Unido, que analiza esta situación.

La principal conclusión que recogen los expertos es que las agencias de financiación de la investigación deben trabajar en una coordinación de alto nivel para garantizar que se abordan todas las prioridades científicas y permitir que las necesidades de estos pacientes se identifiquen de manera eficaz.

Para estos expertos, una de las prioridades más inmediatas es recopilar datos de alta calidad sobre los efectos sobre la salud mental en la pandemia del Covid-19, sobre todo, en grupos vulnerables.

A esta altura de la pandemia, nadie duda de los efectos psicológicos y sociales directos e indirectos de la enfermedad en la mayoría de la población, además se cree que definirá inclusive el futuro de la salud mental a largo plazo en la población vulnerable. Quizá en parte se deba a que esta pandemia ha ocurrido cuando ya la salud mental era un tema relevante, serio y un tanto desestimado.

De hecho, una de las principales preocupaciones es el agravamiento de problemas de salud mental preexistentes en las personas. Relacionado con esto, la dificultad para acceder a los servicios de salud mental en estas circunstancias, así como el efecto del Covid-19 en la salud mental de los miembros de la familia, especialmente niños y personas mayores.

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Fuente: La Verdad

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