Varios investigadores del programa de investigación en inmunología del Instituto Babraham del Reino Unido, han desarrollado un método terapéutico para aprovechar el sistema inmunitario del cuerpo y protegerlo contra el daño cerebral.
Las lesiones cerebrales traumáticas, como las provocadas por caídas o accidentes de tráfico, son una de las causas principales de muerte en todo el mundo y esto hace que se pueda producir un deterioro cognitivo duradero y demencia en las personas que sobreviven.
Adrian Liston, del Instituto Babraham, y el profesor Matthew Holt, de la VIB y KU Leuven, en Bélgica, han llevado a cabo una colaboración que ha dado lugar a un sistema de administración dirigido a aumentar el número de células inmunitarias antiinflamatorias especializadas principalmente en el cerebro. El jefe del programa de inmunología del Instituto Babraham Adrian Liston afirma que “Por desgracia, hay muy pocas de estas células T reguladoras en el cerebro, por lo que se ven desbordadas por la inflamación tras una lesión –señala–. Intentamos diseñar una nueva terapia para aumentar la población de células T reguladoras en el cerebro, de modo que pudieran controlar la inflamación y reducir el daño causado por una lesión traumática».
Los investigadores descubrieron que el número de células T reguladoras era de nivel bajo en el cerebro, debido principalmente a un suministro limitado de la crucial molécula de supervivencia interleucina 2, también conocida bajo el nombre de IL2. Los niveles de IL2 suelen ser bajos en el cerebro, en comparación con otras partes del cuerpo ya que no se puede sobrepasar la barrera hematoencefálica.
El profesor Holt, de la VIB y la KU Leuven, afirmaban que “durante años la barrera hematoencefálica ha parecido un obstáculo insuperable para la administración eficaz de productos biológicos al cerebro. Nuestro trabajo, que utiliza lo último en tecnología de vectores virales, demuestra que esto ya no es así –asegura–; de hecho, es posible que, en determinadas circunstancias, la barrera hematoencefálica resulte realmente beneficiosa desde el punto de vista terapéutico, ya que sirve para la «fuga» de productos terapéuticos al resto del organismo”
Luego más tarde los investigadores realizaron una nueva terapia diseñada que fue capaz de aumentar los niveles de molécula de supervivencia IL2 en el cerebro, hasta los mismos niveles encontrados en la sangre. El tratamiento de la investigación fue realizado con ratones para comprobar la eficacia del tratamiento. Tras realizar la investigación, los investigadores pudieron observar que el tratamiento era eficaz para reducir el daño cerebral tras la lesión.
La doctora Yshii afirmaba que “ver los cerebros de los ratones tras el primer experimento fue un ‘momento eureka’: pudimos ver inmediatamente que el tratamiento reducía el
tamaño de la lesión”
Después de realizar varios estudios, los investigadores probaron la eficacia del enfoque en varios modelos experimentales de ratón de esclerosis múltiple y accidente cerebrovascular. También realizaron varios experimentos en ratones que fueron tratados con el sistema de administración de genes IL2. Los investigadores comprobaron que el tratamiento era eficaz para prevenir el deterioro cognitivo en ratones envejecidos.