Vuelve la campaña “Con cabeza sí, de cabeza no” que organiza la Federación Nacional de Asociaciones de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados Físicos (ASPAYM), en colaboración con el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), para sensibilizar sobre el riesgo que pueden ocasionar las zambullidas imprudentes. Y es que el año pasado fueron 8 las personas que padecieron una lesión medular traumática y lesiones cervicales por esta causa, principalmente varones entre 16 y 47 años, con un promedio de 24,9 años. El 6 % de las lesiones medulares son a causa de estos accidentes.

Mayte Gallego, presidenta de ASPAYM y también de FEMADEN, asegura que no actuar con precaución y tomando conciencia de los posibles riesgos “puede generar lesiones irreversibles, principalmente en personas jóvenes que se confían en zonas que parecen seguras como las piscinas”.

Dos sencillas pautas podrían salvar de un accidente trágico:

1. Conocer la profundidad de la superficie acuática teniendo en cuenta que, cuando no se ve el fondo porque el agua no está clara, es posible que haya alguna roca o rama con el que nos podamos dañar. Además, las olas y corrientes podrían cambiar la distancia al fondo.
2. No tirarse de cabeza, de pie estilo palillo o dando volteretas o giros, sobre todo desde poca altura. De hacerlo, hay que recordar poner siempre las manos por delante y proteger con los brazos extendidos la cabeza y el cuello.

Al ver un accidente, se deberá sacar a la persona en bloque y colocarla en una superficie rígida, sin moverla en exceso, liberando su vía aérea. Lo mejor es llamar a emergencias 112/061 y no trasladar a la persona en un vehículo particular.